redes sociales

sábado, 14 de diciembre de 2013

Verbo

Verbo
El verbo es la parte de la oración o categoría léxica que expresa acción o movimiento, existencia, consecución, condición o estado del sujeto; semánticamente expresa una predicación completa. En la oración, el verbo conjugado funciona como el núcleo sintáctico del predicado (si el verbo está en una forma conjugada ocupará en general la posición del núcleo del sintagma de tiempo, y si no de un sintagma verbal ordinario).
Los verbos, según su valencia o gramática, pueden ser clasificados en intransitivos, transitivos, ditransitivos, etc. Son transitivos cuando el verbo requiere más de un argumento obligatorio. Los intransitivos tienen un sólo argumento obligatorio.
El verbo es la palabra más variable del idioma español. Por significado indica acción (correr) o proceso (pensar), y en el caso de los verbos copulativos ser, estar y parecer existencia, esencia o estado. Constituyen el núcleo del predicado verbal y la cópula del predicado nominal
Los verbos del español poseen dos tipos de conjugaciones, la simple, y la perifrástica o a través de un centenar largo de perífrasis verbales. La Conjugación simple, a su vez, se divide en conjugaciones regulares e irregulares.
Los verbos del español se dividen en tres conjugaciones regulares, que se pueden identificar según las dos últimas letras del infinitivo: -ar, -er o -ir. Todos los que no siguen perfectamente estos patrones son denominados verbos irregulares. Los que sólo se conjugan en determinadas personas o tiempos se denominan a su vez verbos defectivos.
Los verbos del español se conjugan en tres modos: indicativo, subjuntivo, e imperativo y en dos voces, voz activa y voz pasiva. Esta última se forma de dos maneras: una pasiva analítica con el verbo ser o estar en el tiempo de la activa y el participio del verbo que se conjuga, y una segunda denominada pasiva sintética o pasiva refleja, con el morfema se y un verbo en tercera persona más un sujeto paciente y sin complemento agente explícito: «Se vende piso».
El modo condicional presente en otras lenguas indoeuropeas es a veces incluido como un modo más, y otras veces se prefiere considerarlo como uno de los tiempos verbales simples y compuestos del modo indicativo.
Existen además en la conjugación regular tres formas no personales o verboides, es decir, que no portan morfemas de persona y por tanto no pueden llevar sujeto sintáctico con el que concordar, aunque sí lo pueden tener semántico («el hacerlo él fue buena idea»): son el infinitivo simple y compuesto, el gerundio simple y compuesto y el participio. Todas estas formas entran en la composición de las perífrasis verbales y tienen usos como clases de palabras diferentes: sustantivo en el caso del infinitivo, adverbio en el caso del gerundio y adjetivo en el caso del participio; el participio, además, sirve para formar los tiempos compuestos del verbo.
Los tiempos verbales pueden ser simples o compuestos. Por cada tiempo simple hay uno compuesto, que se forma anteponiendo el tiempo simple correspondiente del verbo «haber» al participio del verbo que se está conjugando.
Los verbos copulativos del español son descendientes directos del Verbo copulativo indoeuropeo y se distinguen de otras lenguas en que poseen dos formas con distintos usos: ser y estar, usado el primero para expresar lo esencial y permanente y el segundo para lo accidental y transitorio. Habitualmente se considera también verbo copulativo parecer.
Los verbos también pueden clasificarse según su valor semántico. Así encontramos verbos transitivos (si llevan objeto directo), por ejemplo decir; intransitivos (si no lo tienen ni lo pueden llevar, como por ejemplo brincar); reflexivos (si hacen recaer la acción del verbo sobre el sujeto: «Yo me peino»); recíprocos (si la acción es mutua: «Pedro y Juan se pegan») y pseudorreflejos, también llamados pronominales (irse, venirse).

Conjugación regular.

Modo indicativo:
Tiempos simples (formas de aspecto imperfecto):

Presente: (yo) amo, temo, parto; tú amas, temes, partes; él ama, teme, parte; nosotros amamos, tememos, partimos; vosotros amáis, teméis, partís; ellos aman, temen, parten.

Pretérito imperfecto: Yo amaba, temía, partía; tú amabas, temías, partías; él amaba, temía, partía; nosotros amábamos, temíamos, partíamos; vosotros amábais, temíais, partíais; ellos amaban, temían, partían.

Pretérito perfecto simple o pretérito indefinido: Yo amé, temí, partí; tú amaste, temiste, partiste; él amó, temió, partió; nosotros amamos, temimos, partimos; vosotros amasteis, temisteis, partisteis; ellos amaron, temieron, partieron.

Futuro imperfecto: Yo amaré, temeré, partiré; tú amarás, temerás, partirás; él amará, temerá, partirá; nosotros amaremos, temeremos, partiremos; vosotros amaréis, temeréis, partiréis; ellos amarán, temerán, partirán.

Tiempos compuestos (formas de aspecto perfecto):

Pretérito perfecto compuesto: Yo he amado, he temido, he partido; tú has amado, has temido, has partido; él ha amado, ha temido, ha partido; nosotros hemos amado, hemos temido, hemos partido; vosotros habéis amado, habéis temido, habéis partido; ellos han amado, han temido, han partido.

Pretérito pluscuamperfecto: Yo había amado, había temido, había partido; tú habías amado, habías temido, habías partido; él había amado, había temido, había partido; nosotros habíamos amado, habíamos temido, habíamos partido; vosotros habíais amado, habíais temido, habíais partido; ellos habían amado, habían temido, habían partido.

Pretérito anterior: Yo hube amado, hube temido, hube partido; tú hubiste amado, hubiste temido, hubiste partido; él hubo amado, hubo temido, hubo partido; nosotros hubimos amado, hubimos temido, hubimos partido; vosotros hubisteis amado, hubisteis temido, hubisteis partido; ellos hubieron amado, hubieron temido, hubieron partido.

Futuro perfecto: Yo habré amado, habré temido, habré partido; tú habrás amado, habrás temido, habrás partido; él habrá amado, habrá temido, habrá partido; nosotros habremos amado, habremos temido, habremos partido; vosotros habréis amado, habréis temido, habréis partido; ellos habrán amado, habrán temido, habrán partido.

Modo subjuntivo
Tiempos simples:

Presente: Yo ame, tema, parta; tú ames, temas, partas; él ame, tema, parta; nosotros amemos, temamos, partamos; vosotros améis, temáis, partáis; ellos amen, teman, partan.

Pretérito imperfecto: Yo amara o amase, temiera o temiese, partiera o partiese; tú amaras o amases, temieras o temieses, partieras o partieses; él amara o amase, temiera o temiese, partiera o partiese; nosotros amáramos o amásemos, temiéramos o temiésemos, partiéramos o partiésemos; vosotros amarais o amaseis, temierais o temieseis, partierais o partieseis; ellos amaran o amasen, temieran o temiesen, partieran o partiesen.

Futuro imperfecto: Yo amare, temiere, partiere; tú amares, temieres, partieres; él amare, temiere, partiere; nostors amáremos, temiéremos, partiéremos; vosotros amareis, temiereis, partiereis; ellos amaren, temieren, partieren.

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: Yo haya amado, haya temido, haya partido; tú hayas amado, hayas temido, hayas partido; él haya amado, haya temido, haya partido; nostros hayamos amado, hayamos temido, hayamos partido; vosotros hayáis amado, hayáis temido, hayáis partido; ellos hayan amado, hayan temido, hayan partido.

Pretérito pluscuamperfecto: Yo hubiera o hubiese amado, hubiera o hubiese temido, hubiera o hubiese partido: tú hubieras o hubieses amado, hubieras o hubieses temido, hubieras o hubieses partido; él hubiera o hubiese amado, hubiera o hubiese temido, hubiera o hubiese partido; nosotros hubiéramos o hubiésemos amado, hubiéramos o hubiésemos temido, hubiéramos o hubiésemos partido; vosotros hubierais o hubieseis amado, hubierais o hubieseis temido, hubierais o hubieseis partido; ellos hubieran o hubiesen amado, hubieran o hubiesen temido, hubieran o hubisesen partido.

Futuro perfecto: Yo hubiere amado, hubiere temido, hubiere partido; tú hubieres amado, hubieres temido, hubieres partido; él hubiere amado, hubiere temido, hubiere partido; nosotros hubiéremos amado, hubiéremos temido, hubiéremos partido; vosotros hubiereis amado, hubiereis temido, hubiereis partido; ellos hubieren amado, hubieren temido, hubieren partido.

Modo imperativo:

Presente: ama, teme, parte (tú) — amá, temé, partí (vos) — ame, tema, parta (Ud.) — amad, temed, partid (vosotros) — amen, teman, partan (Uds.)

Modo condicional:

Condicional simple o Pospretérito de modo indicativo: Yo amaría, temería, partiría; tú amarías, temerías, partirías; él amaría, temería, partiría; nosotros amaríamos, temeríamos, partiríamos; vosotros amaríais, temeríais, partiríais; ellos amarían, temerían, partirían.

Condicional compuesto o Antepospretérito de modo indicativo: Yo habría amado, habría temido, habría partido; tú habrías amado, habrías temido, habrías partido; él habría amado, habría temido, habría temido, habría partido; nostros habríamos amado, habríamos temido, habríamos partido; vosotros habríais amado, habríais temido, habríais partido; ellos habrían amado, habrían temido, habrían partido.

Formas no personales:

Infinitivo simple: amar, temer, partir.

Infinitivo compuesto: haber amado, haber temido, haber partido.

Gerundio simple: amando, temiendo, partiendo.

Gerundio compuesto: habiendo amado, habiendo temido, habiendo partido.

Participio: amado, temido, partido.

Primera conjugación (en -ar: amar)




Segunda conjugación (en -er, temer).

Tercera conjugación (en -ir, partir).

 
Verbo copulativo y auxiliar ser.


Verbo copulativo y auxiliar estar.



Verbo auxiliar haber.



Verbo irregular ir.



Conjugación perifrástica.

Perífrasis verbal o frase verbal es toda construcción compuesta de al menos dos formas verbales en la cual una funciona como auxiliar (perdiendo parte de su significado primitivo al gramaticalizarse) y el otro, siempre una forma no personal (también llamada verboide), ya sea infinitivo, gerundio o participio, actúa como núcleo o palabra de más jerarquía y menos prescindible de la misma, rige y selecciona los complementos y denota la parte más amplia del significado. La mayor parte de las perífrasis unen ambos verbos con un nexo; si éste existe, suele ser una preposición o conjunción, como en «He de volver» o «Tengo que marchar», aunque también existen perífrasis verbales sin ese nexo, como estar + gerundio, deber + infinitivo o poder + infinitivo.
En español existe una panoplia de unas ciento cuarenta perífrasis verbales que suponen lo que se ha venido a llamar conjugación perifrástica del español y que obran en distinguir todo tipo de matices en el desarrollo o intención de la acción verbal; las perífrasis verbales se reparten por lo general en dos grandes grupos con distintas subclases cada uno:
Perífrasis de aspecto (tiempo interior de la acción) o perífrasis aspectuales, con sus diversas variedades:
  •  Ingresivas: «Voy a estudiar, Estoy a punto de estudiar». La acción es inminente, pero no ha empezado.
  • Incoativas: «Empiezo a estudiar, Comienzo a estudiar, Rompo a estudiar». La acción se encuentra en el momento justo en que empieza.
  • Durativas: «Estoy estudiando, continúo estudiando, sigo estudiando». La acción no se encuentra al comienzo ni al fin, sino en acto.
  • Egresivas: «Ceso, paro de estudiar». La acción se interrumpe, pero puede reanudarse.
  • Reanudativas: «Sigo estudiando». La acción ha sido interrumpida y se retoma, pero no comienza.
  • Terminativas: «Acabo, concluyo, termino de estudiar». La acción se encuentra en el momento justo de su conclusión y no se prevé reanudarla.
  • Resultativas: «Tengo estudiado, Llevo estudiado». La acción se considera después de su conclusión, como efecto o resultado.
  • Reiterativas: «Vuelvo a estudiar». La acción se repite una vez.
  • Habituales: «Suelo estudiar, acostumbro a estudiar». La acción se repite varias veces.
  • Retrospectivas: «Vengo estudiando, llevo estudiando». La acción arranca de pasado y se prolonga en el presente.
  • Prospectivas: «Voy estudiando». La acción arranca del presente y se proyecta hacia el futuro.
  • Etcétera.
  • Perífrasis de modo (actitud del hablante ante la acción), o perífrasis modales:
  • Obligativas («He de estudiar, tengo que estudiar, debo estudiar, hay que estudiar», etcétera). La obligación puede ser objetiva o universal o subjetiva y parcial.
  • De probabilidad («Debe de estar estudiando ahora en su cuarto»).
  • De posibilidad («Puede estudiar»).
  • De capacidad, etcétera.

Verbos irregulares.

Son verbos de conjugación irregular los que experimentan cambios en su lexema o raíz, en su desinencia, o en ambas partes a la vez, por lo que no aparecen acogidos a los tres esquemas de la conjugación regular; esto acaece en lo que se refiere a sus formas simples, mientras que en las compuestas sólo existe irregularidad si la tiene el participio con que estas se forman.
Los hay de tres tipos: irregulares totales, si cambian totalmente la forma de su conjugación, como ser o ir; irregulares parciales, si solamente cambian en parte las distintas formas que presentan en su conjugación; en este caso encontramos a todos los verbos irregulares menos los mencionados anteriormente como irregulares totales. E irregulares aparentes, que son aquellos en cuya conjugación se presenta alguna alteración o cambio gráfico debido a las normas ortográficas: rece, por ejemplo, que proviene del verbo rezar.
Las irregularidades que muestra un verbo en el presente de indicativo se muestran, también, en el presente de subjuntivo y en el imperativo, y las que presenta en el pretérito perfecto simple, también llamado pretérito indefinido, se dan también en el pretérito imperfecto de subjuntivo y en el futuro imperfecto de subjuntivo. Igualmente, las irregularidades que se dan en el futuro imperfecto de indicativo se dan también en el condicional simple.
Como se ve, sólo el pretérito imperfecto de indicativo posee una conjugación regular absoluta en todos los verbos. Por otra parte, hay ciertos verbos que carecen de parte del paradigma de la conjugación regular o no son usados en algunas personas o tiempos, por lo que de alguna forma pueden ser considerados irregulares: son los llamados verbos defectivos, que en español son, por una parte, los verbos que se refieren a fenómenos meteorológicos o cósmicos que son llamados impersonales, cuales son llover, nevar, granizar, tronar, amanecer, anochecer, atardecer, pero también abolir, acaecer, acontecer, agredir, aguerrir, atañer, aterir, balbucir, blandir, compungir, colorir, concernir, desabrir, desolar, despavorir, despiadar, empedernir, establir, fallir, garantir, guarnir, incoar, preterir, soler, transgredir, usucapir y otros de menor uso.
Los verbos defectivos balbucir y garantir han sido sustituidos en la lengua moderna por sus derivados balbucear y garantizar, que no ofrecen problemas para ser conjugados en la totalidad de sus formas. Dicho esto, pasamos a indicar los cambios más significativos de los verbos irregulares parciales, los más abundantes en la lengua española.

Irregularidades del presente de indicativo:



  • La diptongación de la vocal del lexema: e > ie, o > ue: apretar > aprieto, poder > puedo, como en los verbos acertar, alentar, calentar, cegar, cerrar, comenzar, confesar, defender, encender, extender, gobernar, manifestar, poblar, rodar, soñar, volar, volver...
  • La adición de consonantes (z, g): venir > vengo; producir > produzco. Por ejemplo, en los verbos agradecer, compadecer, conocer, merecer, nacer, poner, salir, tener, valer...
  • Cierre de la vocal del lexema e > i: gemir > gimo; se da en los verbos competir, concebir, elegir, freír, pedir, reír, seguir, teñir..
 Irregularidades del pretérito perfecto simple:


  • Cierre de la vocal de la raíz: e > i; o > u; gemir > gimió, morir > murió.
  •  Uso de pretéritos indefinidos fuertes, esto es, inacentuados en la parte final: andar (anduvo), caber (cupo), conducir (condujo), decir (dijo), estar (estuvo), haber (hubo), hacer (hizo), poder (pudo), poner (puso), querer (quiso), saber (supo), tener (tuvo), traer (trajo) y venir (vino).

Irregularidades del modelo futuro:


  • Pérdida de la vocal pretónica: poder > podré
  • Pérdida de la vocal pretónica y aumento de consonante: poner > pondré
  • Pérdida de vocal y de consonante: hacer > haré.
  • Los verbos irregulares aparentes presentan alteraciones ortográficas típicas
  • Primera conjugación: -car, c > qu delante de e: tocar > toque; -gar, g > gu delante de e: pagar > pague; -zar, z > c delante de e: cazar, cace.
  • Segunda conjugación: -cer, c > z delante de e, o: mecer > meza; ger, g > j delante de a, o: proteger, proteja; -eer, i > y entre dos vocales: poseer > poseyera
  • Tercera conjugación: -cir, c > z delante de a, o: zurcir > zurza; -gir, g > j delante de a, o; dirigir > dirija; -guir, la u desaparece delante de a, o: distiguir, distinga; -quir, qu > c delante de a, o: delinquir > delinca.
Por otra parte, muchos verbos poseen participio irregular: morir > muerto, en vez de la forma en -ido, y algunos incluso poseen dos participios, uno especializado en uso como adjetivo y otro en uso verbal: imprimir > impreso, imprimido.

Algunas conjugaciones irregulares.



Construcciones pasivas.

Se ha discutido mucho si existe voz pasiva en español, ya que no existen morfemas específicos de la misma. Semánticamente puede ser expresada por una equivalente voz atributiva biactancial. Tradicionalmente se considera que en español la voz pasiva se forma de dos maneras:
Pasiva analítica o pasiva perifrástica, con el verbo ser o estar funcionando como auxiliar en el tiempo de la activa, más el participio del verbo que se conjuga. La aparición del complemento agente no es estrictamente necesaria, aunque exista siempre en estructura profunda, y si aparece consiste en un sintagma preposicional con la preposiciónpor, y menos frecuentemente de: Las peras fueron comidas por Pedro (pasiva analítica) / Pedro comió las peras (activa). La pasiva analítica se subdivide a su vez en dos tipos de pasiva la pasiva analítica de proceso y la pasiva analítica de estado o resultado.


  • La pasiva analítica de proceso. Utiliza el verbo auxiliar ser: Las camas aún no han sido hechas.
  • La pasiva analítica de estado o resultado. Usa el verbo auxiliar estar: Las camas ya están hechas.
Pasiva sintética o pasiva refleja, con el morfema de pasiva es más un verbo en tercera persona; el complemento agente no suele aparecer de forma explícita: Se vende piso(pasiva sintética) = El piso es vendido por alguien (pasiva analítica).
En castellano no existe un morfema específico para indicar la pasiva; lo más parecido que existe es este uso concreto del morfema se.
Existen, por otra parte, otras posibilidades formales de pasiva por medio de perífrasis verbales:


  • Estar + participio en los tiempos imperfectivos de acciones perfectivas: está o estaba prohibido, acabado, resuelto, y en los tiempos imperfectos de muchos verbos reflexivos con sentido incoativo: está o estaba sentado, dormido, avergonzado, enfadado ...
  • Ser + participio en los tiempos perfectos de acciones perfectivas o imperfectivas: fue abierta, ha sido cerrada, y en los tiempos imperfectos de acciones imperfectivas: es querido, era estimado, será solicitado.
  • Hallarse + participio, Quedar + participio, Tener + participio, Llevar + participio y Traer + participio. Estas construcciones son límites, pues en muchos casos sólo el valor semántico y el contexto pueden determinar su carácter pasivo. Debemos a Rafael Lapesa la importante observación de que en algunos casos, si hay complemento agente en estas construcciones, no hay perífrasis, por ejemplo: «Tengo dos cuadros pintados por Juan». Hay perífrasis activa con objeto directo, «tengo corregidos veinte ejercicios»; pero entonces no hay complemento agente. Por otra parte cabe: «tengo corregidos veinte ejercicios por mí y diez por mi ayudante».
  • Dejarse + infinitivo. Es una construcción no totalmente pasiva, pues implica cierta participación del sujeto de la acción: «Se dejó vencer por el enemigo». Este tipo de construcción sería más acertado llamarla «medio-pasiva».

El actante o complemento agente puede estar o no presente en estas construcciones pasivas. Este elemento que la tradición llama ablativo agente, al modo latino, tiene una estructura bimembre: relator y término. Los relatores reconocidos por la gramática tradicional son «por» y «de», pero se han encontrado otros: «con» y «en».
En castellano antiguo es general el empleo de la preposición «de» con el complemento agente. Ejemplos: Del rey so ayrado (Mio Çid), De Dios seré reptado (Gonzalo de Berceo), El que a muchos teme, de muchos es temido (Diego Saavedra Fajardo).
Sin embargo, hoy se prefiere la preposición «por» aunque ocasionalmente se usa la construcción con de: "Lorca era conocido de todos".

Locuciones verbales.

Una locución verbal es un conjunto fijo de palabras o lexía textual en la que al menos una es un verbo. Funcionan como un sólo verbo, poseyendo una estructura léxico-sintáctica propia y dotando al texto de una fuerte expresividad y mayor concreción en lo que se pretende transmitir al lector/oyente. Algunas de estas locuciones verbales son: echar de menos o en falta; dar de sí; ser todo oídos; no poder más; pagar el pato, etcétera.









 

No hay comentarios:

Publicar un comentario